¿Cómo cobrar el paro siendo Autónomo?
25 de julio de 2023
El cese de actividad, también conocido como el "paro de los autónomos", es un beneficio regulado por la Ley General de la Seguridad Social, a través del Real Decreto-Ley 28/2018. Su objetivo principal es proporcionar una protección similar a la que tienen los trabajadores por cuenta ajena a los trabajadores autónomos.
Este mecanismo está destinado a salvaguardar los intereses de los trabajadores autónomos que estén dados de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) o en el Régimen Especial de los Trabajadores del Mar. Es aplicable en situaciones en las que se ven obligados a cesar su actividad de forma involuntaria o por fuerza mayor. Siendo este cese temporal o definitivo y cubre todas las actividades que generaron el alta en el RETA.
Como todo en la vida, para acceder a esta protección, como autónomo debes cumplir unos requisitos. En primer lugar, debes estar afiliado y/o dado de alta en el RETA o en el Régimen Especial de los Trabajadores del Mar. Además, es necesario haber cotizado durante un período mínimo, demostrar disponibilidad activa para incorporarte al mercado laboral a través de actividades formativas u orientación profesional ofrecidas por el Servicio Público de Empleo de la Comunidad Autónoma, no haber alcanzado la edad de jubilación que daría derecho a una pensión (a menos que no se haya alcanzado el período de cotización necesario) y estar al corriente de pagos y cuotas de la Seguridad Social. Si tienes empleados a tu cargo, también debes cumplir con las obligaciones laborales establecidas antes de solicitar el cese de actividad.
La duración mínima de la prestación por cese de actividad es de 4 meses. Esta prestación proporciona a los autónomos una serie de beneficios. Incluye una ayuda económica por el cese total o temporal de la actividad profesional, el pago de la cuota correspondiente a la Seguridad Social y el abono de la cotización a la Seguridad Social del autónomo por sus contingencias a partir del sexagésimo primer día de baja. Para solicitar esta prestación, los autónomos deben dirigirse a la mutua colaboradora con la Seguridad Social a la que estén adheridos.
La duración y la cuantía de la prestación por cese de actividad dependen del período de cotización del autónomo en los últimos 48 meses. La duración mínima es de 4 meses y aumenta progresivamente en función de los meses cotizados, llegando a un máximo de 2 años de prestación para aquellos autónomos que hayan cotizado al menos 48 meses. En cuanto a la cuantía, se aplica el 70% a la base reguladora.
Destacamos que la cuantía máxima de la prestación por cese de actividad no puede superar el 175% del Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples (IPREM), excepto en casos en los que el autónomo tenga hijos a su cargo. En esos casos, la cuantía máxima puede llegar al 200% o 225% del IPREM, dependiendo del número de hijos.
¿Te ha resultado útil esta información? ¿Sigue generándote dudas? No te preocupes, en Lean Euroamerican Consulting estamos para ayudarte, resolver todas tus dudas y asesorarte en todo momento sobre aquello que necesites. Recurre a nuestros expertos y te asesoraremos en todos los trámites necesarios, paso a paso. No dudes en llamarnos.
Este mecanismo está destinado a salvaguardar los intereses de los trabajadores autónomos que estén dados de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) o en el Régimen Especial de los Trabajadores del Mar. Es aplicable en situaciones en las que se ven obligados a cesar su actividad de forma involuntaria o por fuerza mayor. Siendo este cese temporal o definitivo y cubre todas las actividades que generaron el alta en el RETA.
Como todo en la vida, para acceder a esta protección, como autónomo debes cumplir unos requisitos. En primer lugar, debes estar afiliado y/o dado de alta en el RETA o en el Régimen Especial de los Trabajadores del Mar. Además, es necesario haber cotizado durante un período mínimo, demostrar disponibilidad activa para incorporarte al mercado laboral a través de actividades formativas u orientación profesional ofrecidas por el Servicio Público de Empleo de la Comunidad Autónoma, no haber alcanzado la edad de jubilación que daría derecho a una pensión (a menos que no se haya alcanzado el período de cotización necesario) y estar al corriente de pagos y cuotas de la Seguridad Social. Si tienes empleados a tu cargo, también debes cumplir con las obligaciones laborales establecidas antes de solicitar el cese de actividad.
La duración mínima de la prestación por cese de actividad es de 4 meses. Esta prestación proporciona a los autónomos una serie de beneficios. Incluye una ayuda económica por el cese total o temporal de la actividad profesional, el pago de la cuota correspondiente a la Seguridad Social y el abono de la cotización a la Seguridad Social del autónomo por sus contingencias a partir del sexagésimo primer día de baja. Para solicitar esta prestación, los autónomos deben dirigirse a la mutua colaboradora con la Seguridad Social a la que estén adheridos.
La duración y la cuantía de la prestación por cese de actividad dependen del período de cotización del autónomo en los últimos 48 meses. La duración mínima es de 4 meses y aumenta progresivamente en función de los meses cotizados, llegando a un máximo de 2 años de prestación para aquellos autónomos que hayan cotizado al menos 48 meses. En cuanto a la cuantía, se aplica el 70% a la base reguladora.
Destacamos que la cuantía máxima de la prestación por cese de actividad no puede superar el 175% del Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples (IPREM), excepto en casos en los que el autónomo tenga hijos a su cargo. En esos casos, la cuantía máxima puede llegar al 200% o 225% del IPREM, dependiendo del número de hijos.
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El cierre fiscal del primer trimestre es un momento clave para autónomos y empresas. Revisar la documentación, planificar pagos y aprovechar deducciones son aspectos fundamentales para una gestión eficiente. Un buen control fiscal no solo evita problemas con la Administración, sino que también ayuda a optimizar los impuestos y mejorar la salud financiera del negocio. 1. Revisión de documentación: Todo en orden Antes de presentar los modelos fiscales correspondientes, es imprescindible verificar que todos los ingresos y gastos estén correctamente registrados. Esto incluye: • Facturas emitidas y recibidas, asegurando su correcta numeración y archivo. • Gastos deducibles que puedan optimizar la carga tributaria. • Movimientos bancarios y cobros pendientes para evitar descuadres. Un error en la contabilidad puede derivar en sanciones o en una tributación superior a la necesaria. 2. Planificación de pagos: Evita sorpresas Las empresas y autónomos deben preparar con antelación el pago de sus impuestos. Una planificación eficiente permite mejorar la liquidez y evitar recargos. Para ello, es recomendable: • Revisar los importes de IVA (Modelo 303) e IRPF (Modelo 130 o 131). • Considerar el aplazamiento o fraccionamiento en caso de dificultades económicas. • Establecer un calendario de pagos para no acumular obligaciones en el segundo trimestre. 3. Aprovechar deducciones aplicables Muchas empresas no aprovechan al máximo las deducciones fiscales disponibles. Entre las más habituales se encuentran: • Gastos de suministros y alquiler de oficinas. • Formación y cursos relacionados con la actividad profesional. • Inversiones en tecnología y digitalización. Una correcta aplicación de las deducciones puede reducir considerablemente la carga tributaria. El cierre del primer trimestre es una excelente oportunidad para optimizar la fiscalidad y mejorar la gestión financiera del negocio. Con una revisión adecuada y un plan de pagos eficiente, autónomos y empresas pueden evitar sanciones y pagar solo lo justo. En Lean Asesoría, te ayudamos a gestionar tu cierre fiscal sin complicaciones.

El cierre fiscal es un momento clave para empresas y autónomos. Un proceso bien gestionado no solo asegura el cumplimiento normativo, sino que también puede optimizar la carga tributaria y detectar posibles riesgos. En este contexto, realizar una auditoría interna se convierte en una herramienta fundamental para revisar la situación financiera y fiscal antes de la presentación de impuestos. ¿Qué es una auditoría interna y por qué es importante? Una auditoría interna es un análisis exhaustivo de la contabilidad y documentación fiscal de una empresa. Su objetivo es identificar errores, detectar oportunidades de optimización y garantizar que todos los datos sean correctos antes de su presentación ante Hacienda. Entre sus beneficios destacan: Evitar sanciones y recargos por errores en las declaraciones fiscales. Detectar deducciones fiscales aplicables para reducir la carga tributaria. Comprobar la coherencia de los registros contables y su alineación con la normativa vigente. Aspectos clave a revisar en una auditoría interna Para que la auditoría interna sea efectiva, es necesario analizar: Registro de ingresos y gastos : Verificar que estén correctamente contabilizados y justificados. Facturación y pagos a proveedores : Asegurar que toda la documentación esté en orden. Obligaciones fiscales pendientes : Revisar que todos los modelos tributarios se hayan presentado en tiempo y forma. Anticípate y evita problemas Realizar una auditoría interna antes del cierre fiscal permite detectar y corregir errores a tiempo. Un asesoramiento experto puede marcar la diferencia entre una gestión fiscal eficiente y una con riesgos financieros. En Lean Asesoría, te ayudamos a realizar una auditoría interna completa para garantizar que tu cierre fiscal sea impecable.

El cierre del ejercicio fiscal trae consigo una de las obligaciones más importantes para empresas y autónomos: las declaraciones anuales. Una gestión eficiente no solo evita sanciones, sino que también permite aprovechar deducciones y optimizar la carga tributaria. A continuación, te damos algunos consejos clave para presentar tus declaraciones de forma correcta. 1. Organiza toda tu documentación con antelación Uno de los errores más comunes es esperar al último momento para reunir la información necesaria. Es fundamental tener a mano facturas, justificantes de ingresos y gastos, libros contables y cualquier otro documento fiscal. Contar con un sistema digitalizado puede facilitar el proceso y minimizar errores. 2. Revisa qué deducciones fiscales puedes aplicar Existen múltiples deducciones y bonificaciones que pueden ayudarte a reducir la carga fiscal. Gastos de suministros, formación, inversión en tecnología o contratación de personal pueden ser aplicables según tu actividad. Un análisis detallado de tu situación fiscal te permitirá no dejar dinero sobre la mesa. 3. Verifica que no haya inconsistencias en los datos Es crucial revisar que los ingresos y gastos declarados coincidan con la documentación presentada. Errores en cifras, conceptos duplicados o datos mal registrados pueden derivar en inspecciones o sanciones. 4. No olvides los plazos de presentación Cada tributo tiene su propio calendario fiscal, y las declaraciones anuales suelen presentarse en los primeros meses del año. No cumplir con los plazos establecidos puede conllevar recargos e intereses de demora. 5. Confía en un asesor experto para evitar errores Para evitar problemas y optimizar tu fiscalidad, lo mejor es contar con un asesor especializado que revise tu declaración y te ayude a maximizar beneficios dentro del marco legal.

1. Digitaliza tus procesos contables En el mundo actual, la digitalización no es una opción, es una necesidad. Implementar herramientas digitales para llevar un mejor control de tus ingresos y gastos te ayudará a reducir errores, automatizar tareas y tener toda tu información fiscal al alcance de la mano. Ventaja clave : Facilita la preparación de declaraciones fiscales y optimiza la toma de decisiones financieras. 2. Aprovecha al máximo las deducciones fiscales Muchos empresarios y autónomos pierden oportunidades de ahorro fiscal por desconocimiento. Es importante identificar qué gastos son deducibles según tu actividad, como los relacionados con formación, suministros o inversión en tecnología. Consejo : Mantén un registro detallado de tus facturas y recibos para justificar todas tus deducciones. 3. Cumple con las fechas clave Evitar sanciones comienza con algo tan básico como cumplir con las fechas de tus declaraciones fiscales. Planifica con antelación para no dejar todo para el último momento y asegúrate de tener la documentación necesaria lista. Truco : Usa recordatorios o calendarios digitales para organizarte. 4. Planifica tus pagos fiscales El control de la tesorería es crucial. Con una buena planificación, puedes evitar sorpresas desagradables en períodos de pago, como los trimestrales de IVA e IRPF. Recomendación : Diseña un flujo de caja que contemple tus obligaciones fiscales de manera anticipada. Confía en Lean Asesoría para cumplir tus propósitos fiscales de 2025 Establecer estos objetivos es solo el primer paso. Contar con el asesoramiento de expertos en fiscalidad te permitirá asegurar que cada propósito se cumpla de manera eficiente, adaptada a las necesidades de tu negocio. 💡 En Lean Asesoría , te ayudamos a optimizar tu fiscalidad y a alcanzar tus metas en 2025. ¡Contacta con nosotros y da el paso hacia una gestión fiscal sólida y sin complicaciones!

El cumplimiento de las normativas fiscales es fundamental para que cualquier negocio evite sanciones y asegure su crecimiento sostenible. A continuación, te mostramos algunos pasos clave para que tu empresa esté siempre al día con sus obligaciones fiscales. 1. Conoce las Obligaciones Fiscales Específicas de tu Negocio Cada empresa tiene obligaciones fiscales que varían según su tamaño, tipo de actividad y forma jurídica. Los autónomos, por ejemplo, deben declarar IRPF trimestralmente y hacer una declaración anual de ingresos. Las sociedades, en cambio, deben cumplir con el Impuesto sobre Sociedades y otras obligaciones de contabilidad. Conocer estos detalles ayuda a evitar errores y sanciones por incumplimiento. 2. Mantén tu Contabilidad al Día Llevar una contabilidad organizada y actualizada es esencial para cumplir con las normativas fiscales. Registrar todos los ingresos y gastos del negocio no solo facilita la preparación de impuestos, sino que también permite detectar posibles deducciones. Además, en España es obligatorio guardar la documentación contable durante al menos cinco años. 3. Revisa las Actualizaciones de las Normativas Fiscales Las leyes fiscales en España cambian con frecuencia. Una reforma tributaria o un cambio en el tipo impositivo del IVA pueden impactar en las obligaciones de tu empresa. Contar con un asesor fiscal o dedicar tiempo a revisar los boletines fiscales te asegura que siempre estés informado y que tu negocio se adapte rápidamente a cualquier cambio. 4. Realiza las Declaraciones a Tiempo Cumplir con los plazos de presentación de impuestos es crucial para evitar multas. Es importante marcar en el calendario las fechas clave como los trimestres de IVA e IRPF, así como la declaración anual del Impuesto sobre Sociedades. Algunas herramientas digitales pueden ayudarte a recordar estos plazos y facilitar la presentación. 5. Busca Asesoramiento Profesional Contar con una asesoría fiscal puede ser una gran inversión para tu empresa. Un profesional no solo garantiza el cumplimiento fiscal, sino que también te orienta sobre deducciones fiscales y otros beneficios que podrían reducir la carga impositiva de tu negocio. En Lean Asesoría estamos especializados en gestionar y optimizar la fiscalidad para empresas de distintos sectores. Conclusión Mantener el negocio al día con las normativas fiscales es una responsabilidad esencial para evitar sanciones y asegurar su crecimiento. Conocer tus obligaciones, llevar la contabilidad al día y contar con un asesor fiscal de confianza son las claves para que tu empresa cumpla con las normativas fiscales en España. ¿Necesitas ayuda? En Lean Asesoría te acompañamos en cada paso del proceso, asegurando que tu negocio esté siempre en cumplimiento y optimizando tu carga fiscal.